La vida diaria está llena de ocupaciones y obligaciones ineludibles, el actual ritmo frenético hace que en muchas ocasiones te sea difícil relajarte y desconectar.
Esto hace que acumules
tensión a lo largo del día que puede llegar a provocarte un gran malestar y si esta
situación se prolonga en el tiempo y a lo largo de los días sin que hagas nada
al respecto, puede llegar incluso a enfermarte.
Cuando sientas que necesitas
relajarte, liberar tensión y desconectar, puedes hacer esta rutina de ejercicios para relajarse, también
puedes hacerla antes de acostarte, te
ayudará a dormir bien, es muy fácil
de hacer y te llevará poco tiempo.
Puedes ver los ejercicios en el vídeo de abajo
Primer
ejercicio:
A este ejercicio se le suele
llamar postura del gato. Comienza en posición de cuadrupedia sobre una esterilla o manta, desde ahí inhala lenta y profundamente elevando la cabeza y
el coxis hacia arriba a la vez que curvas la espalda llevando el abdomen hacia
el suelo.
Mantén unos instantes la posición, estira bien y siente las sensaciones del cuerpo.
Exhala con calma y lleva la cabeza hacia abajo, mete el coxis hacia dentro a la vez que curvas la espalda hacia arriba.
Permanece unos instantes en esa postura y observa cómo está tu cuerpo, si lo notas tenso, intenta soltarlo.
Termina con la postura del niño, lleva el cuerpo hacia atrás, apoya los glúteos sobre los talones y estira bien los brazos y la espalda, permanece ahí unos segundos.
Si tienes problemas en las
articulaciones o te resulta incómoda la postura puedes ponerte un cojín
o una
manta doblada debajo de los tobillos, otra debajo de las rodillas y otra debajo
de las palmas de las manos.
Mantén unos instantes la posición, estira bien y siente las sensaciones del cuerpo.
Exhala con calma y lleva la cabeza hacia abajo, mete el coxis hacia dentro a la vez que curvas la espalda hacia arriba.
Permanece unos instantes en esa postura y observa cómo está tu cuerpo, si lo notas tenso, intenta soltarlo.
Termina con la postura del niño, lleva el cuerpo hacia atrás, apoya los glúteos sobre los talones y estira bien los brazos y la espalda, permanece ahí unos segundos.
Este ejercicio es muy bueno
para liberar la tensión que puedas tener acumulada en la espalda y para
flexibilizar tu columna vertebral.
Puedes hacer el ejercicio de
uno a cinco minutos, según percibas que lo necesitas.
Si te siguen molestando las muñecas y te resulta
más cómodo puedes apoyar todo el antebrazo sobre la manta.
Segundo
ejercicio:
A este ejercicio se le suele
llamar postura del niño.
Comienza sentada en el suelo
con los glúteos sobre los talones, y las palmas de las manos apoyadas sobre las
rodillas, desde ahí lleva el cuerpo hacia delante hasta tocar con la frente en
el suelo, a la vez que llevas los brazos hacia atrás colocando las palmas de
las manos hacia arriba, relaja los brazos, déjalos caer hacia el suelo, relaja
tu cuerpo, siente tus sensaciones y deja ir toda tensión. Procura que los
glúteos no se despeguen de los talones, si lo hacen, puedes poner un cojín entre ellos.
Permanece en esa postura respirando
lenta y profundamente a la vez que te relajas, este ejercicio es muy bueno para
estirar la espalda.
Eleva el cuerpo, separa un
poco las rodillas, eleva los brazos juntando las palmas de las manos e inhala
con calma llenándote de aire, lleva el cuerpo y los brazos hacia delante, apoya
la frente en el suelo y estira los brazos y espalda, siente el estiramiento y
relájate, deja ir toda tensión.
Si tienes problemas en las
articulaciones o te resulta incómoda la postura, puedes poner un cojín o una
manta doblada debajo de los tobillos, otra debajo de las rodillas, otra entre
los muslos y las pantorrillas por detrás de la articulación de la rodilla, y
otra debajo de la frente.
Mantén la postura el tiempo
que necesites para relajarte.
Tercer
ejercicio:
Tumbada en el suelo boca
arriba eleva las piernas contra una pared, de tal manera que la cadera quede
pegada a la pared.
Es frecuente que al tumbarte
con las piernas estiradas hacia arriba quede un pequeño hueco entre el suelo y
la zona lumbar, procura mantener la parte inferior de la espalda pegada al
suelo, si no te resulta posible, coloca una manta doblada o un cojín en ese hueco por
debajo de la región lumbar para minimizar la tensión de la espalda.
Si mantener las piernas
estiradas te resulta incómodo, puedes flexionar las rodillas y apoyar las
plantas de los pies contra la pared para que te resulte más cómodo.
Esta postura además de
producir una gran relajación, mejora la circulación sanguínea y es un buen
ejercicio de rejuvenecimiento facial al llevar riego sanguíneo hacia el rostro.
Si padeces hipertensión sustituye este último ejercicio por savasana que es un magnífico
ejercicio para relajarse del que ya te
hablé aquí.
Permanece en esta postura relajándote
el tiempo que necesites. Inhala y exhala con calma y sin prisa, si todavía
sientes tensión exhala por la boca con un suspiro mientras sueltas tu
cuerpo.
Puedes ver más ejercicios de
relajación dentro de las categorías rejalación y yoga.
Por una vida de equilibrio.
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