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Probablemente
habrás escuchado en muchas ocasiones que el ejercicio físico es bueno, pero
bueno para qué, ¿Qué beneficios te aporta la práctica regular de ejercicio
físico?
El
ejercicio físico realizado de manera habitual puede ayudarte a adelgazar, ya que al practicarlo consumes
energía haciendo que aumente tu gasto metabólico total a lo largo del día.
Además, hacer ejercicio físico hace que quemes más calorías no sólo durante el
periodo que dura el ejercicio, sino una vez terminado, es decir, durante todo
el día. Las personas activas queman más calorías que las sedentarias tanto
cuando hacen ejercicio como cuando están en reposo. Se piensa que esto puede
ser debido a que cuando se hace ejercicio de manera regular aumenta el número
de mitocondrias de las células musculares. Las mitocondrias son unos orgánulos
celulares que actúan como centrales energéticas, suministran energía para la
actividad celular y esto lo hacen oxidando metabolitos, entre ellos los ácidos grasos,
es decir, queman grasa. Por lo que si haces ejercicio tendrás un mayor número
de mitocondrias y quemarás más grasa.
El
ejercicio físico, no sólo ayuda a perder peso, sino que además, y algo muy
importante, ayuda a mantener el peso perdido. En la mayoría de las personas que
adelgazan realizando sólo dieta, sin practicar ejercicio físico, se observa que
al principio pierden peso, pero en un porcentaje elevado, vuelven a
recuperarlo, en cambio, las personas que practican ejercicio físico mantienen
con mayor facilidad el peso que han perdido.
Incluso
aunque tengas una predisposición genética a ganar peso, tu peso siempre será
menor si haces ejercicio, ya que el ejercicio físico protege contra la
obesidad. Estudios en gemelos idénticos, en el que un miembro de la pareja
realiza ejercicio y el otro no, muestran
que aquel que hace ejercicio pesa de 4 a 6 kilos menos y tiene entre 0,5 y 0,6
kilos menos de grasa abdominal.
Disminuye el riesgo cardiovascular, es decir, disminuye el riesgo de sufrir un
infarto o un ictus - accidente de circulación cerebral - . Esto se debe a que practicar ejercicio reduce el colesterol
LDL, lo que llaman colesterol malo y aumenta el HDL, el llamado colesterol
bueno. Reduce el nivel de triglicéridos en la sangre - un tipo de grasas cuyo
exceso puede ser perjudicial - . Reduce la tensión arterial. Todos estos
factores hacen que disminuya el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un
ictus.
Protege frente al cáncer. La
actividad física reduce entre un 30 y un 40% el riesgo de padecer cáncer de
colon. El cáncer de mama se reduce entre un 20 % hasta un 80%. El riesgo de
cáncer de endometrio se reduce entre un 20-40%. El de pulmón se reduce en un
20%. Respecto al cáncer de próstata parece ofrecer también cierta protección
aunque no hay estudios concluyentes. No se sabe con exactitud el mecanismo por
el cual el ejercicio físico reduce el riesgo de cáncer, podría ser que la
actividad física actúe sobre el sistema inmune que es el sistema de defensa inhibiendo
el crecimiento de células tumorales o detectándolas en fases tempranas y
destruyéndolas. Es bien sabido que el ejercicio físico aumenta nuestras
defensas, pero ojo, existe un rango adecuado, intermedio, es decir es saludable
el ejercicio físico moderado, pero si te excedes haciendo ejercicio el sistema
inmune se deprime y somos más vulnerables a enfermar ya que nuestras defensas disminuyen. Otro mecanismo por el que el ejercicio físico protege contra
el cáncer pudiera ser que tiene un efecto antiinflamatorio sobre el organismo
que podría prevenir algunos tumores. O que el efecto preventivo se deba a que
mejora la actividad de la insulina. Probablemente sea el conjunto de varios
factores a la vez lo que protege.
Fortalece los huesos. Con la edad los huesos pierden calcio y se
vuelven más frágiles. Por eso en personas mayores aumenta el riesgo de
fracturas. El ejercicio físico preserva el calcio de los huesos. La razón es
que los huesos se adaptan a la masa muscular que está sobre ellos. Si hay una
masa muscular desarrollada, ésta
ejercerá una mayor sobrecarga mecánica sobre el hueso, por lo que los huesos conservarán
el calcio para poder mantenerse fuertes y así poder soportar esa sobrecarga.
Mejora la capacidad respiratoria y la fuerza muscular.
Bienestar
psicológico. Hacer ejercicio físico aporta bienestar psicológico. Las
personas físicamente activas son menos vulnerables al estrés, la ansiedad y la
depresión que las personas sedentarias. Ante una misma situación de tensión las
personas sedentarias suelen estresarse con más facilidad e intensidad que las
activas. No se sabe la causa exacta, se piensa que puede ser debido a varios
mecanismos. Uno de ellos es que la actividad física estimula la secreción de
endorfinas, neurotransmisores euforizantes que producen satisfacción y
bienestar La actividad física también modula la actividad de la serotonina y la
dopamina, dos neurotransmisores que regulan los estados de ánimo positivos.
Mejora el rendimiento intelectual, se
ha visto que niños físicamente activos obtienen mejores resultados de media que
los sedentarios en percepción, memoria, inteligencia, habilidad verbal y
matemática. También en ancianos se ha visto que algunas capacidades cognitivas
como la memoria y la orientación espacial mejoran con la actividad física. Al contrario
de lo que se pensaba hasta hace relativamente poco, hoy sabemos que hay generación
de nuevas neuronas al menos en determinadas regiones cerebrales como por
ejemplo en el hipocampo, zona relacionada con la memoria y el aprendizaje. La
actividad física induce la formación de nuevas neuronas en el hipocampo y la formación de nuevas conexiones, eso explicaría los efectos beneficiosos de la actividad
física sobre la memoria tanto en personas sanas como en enfermos de alzhéimer.
Antienvejecimiento
celular. El ejercicio físico retrasa el envejecimiento. Una de las
teorías sobre el envejecimiento dice que envejecemos porque nuestros telómeros
se van acortando. Los telómeros serían como el reloj biológico de las células,
son fragmentos de DNA que se encuentran en los extremos de los cromosomas y los
protegen. Una buena metáfora que se suele usar para visualizarlo es pensar en
los cordones de un zapato y sus fundas, los telómeros serían las fundas que protegen el cordón, con el uso se van desgastando y el cordón se
deshilacha. Con las divisiones celulares los telómeros se van acortando, las células pierden la capacidad de dividirse
y mueren. Se ha visto que las personas que realizan ejercicio físico tienen los
telómeros más largos que personas de la misma edad que son sedentarias, es
decir, sus células son más jóvenes.
Autoconocimiento,
la práctica de ejercicio físico te permite explorar tus límites, tomar
consciencia de lo que eres capaz y de lo que puedes conseguir, te descubre
quién eres. Citando a Heywood Hale “El deporte no construye el carácter, lo
revela”
¿No te parecen razones suficientes para empezar a practicar ejercicio físico y cuidarte? El tipo de ejercicio físico que elijas es lo de menos, lo importante es que te muevas y escojas uno que te guste para que no lo abandones.
Vamos, a qué estás esperando, empieza a moverte!!!