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sábado, 21 de diciembre de 2013

Deliciosa receta con granada, saludable y baja en calorías

Granada

La granada es un fruto con una cubierta de piel gruesa coriácea denominada balausta cuyo color puede ir del rojizo al verde amarillento. Su interior está dividido en compartimentos membranosos  blanquecinos que albergan las semillas cubiertas de una pulpa carnosa, jugosa y rojiza.

La granada es un fruto estacional que puedes encontrar en el mercado en temporada de otoño, aunque puede extenderse desde finales de Septiembre hasta finales de Enero.

A la hora de comprarlas es conveniente que elijas las de mayor tamaño porque suelen ser más jugosas y dulces.

Las semillas que suele ser la parte que se come tienen un sabor delicioso, al masticarlas, inundan la boca de un jugo agridulce refrescante que va muy bien con ensaladas.
Ensalada Granada


Puede resultarte un poco difícil extraer las semillas, un modo de hacerlo que te simplificará la labor es partir la granada por la mitad y apretar un poco cada mitad para que las semillas queden más sueltas. A continuación das golpecitos a cada mitad con una cuchara o cualquier otro utensilio de cocina que tengas a mano hasta que se vayan soltando las semillas.

La granada posee una gran riqueza en fitoquímicos que en su mayor parte son pigmentos naturales que tienen las plantas para protegerlas. Algunas de estas sustancias son los flavonoides, antocianinas y taninos como la punicalagina y el ácido elágico, con un gran poder antioxidante en el organismo el cual ejerce una acción protectora frente al cáncer.

La granada es rica en potasio y baja en sodio, lo que le confiere un efecto diurético muy útil para eliminar exceso de líquidos y para controlar la hipertensión arterial.

La granada te ayuda a cuidar tu piel, ya que la nutre, protege y aporta elasticidad.

Sus semillas son una buena fuente de fibra insoluble que sacia y ayuda al tránsito intestinal. Esta propiedad saciante de la fibra puedes aprovecharla si estás intentando adelgazar ya que te llenarás antes y así comerás menos.

La granada es abundante en agua y baja en grasas, además aporta pocas calorías, tan solo unas 43 Kcal por 100 gramos, lo que la convierte en una aliada perfecta para adelgazar con la que podrás preparar riquísimas recetas bajas en calorías.

A continuación te pongo esta receta que es una ensalada de granada, lechuga, atún, huevo y nueces que yo me preparo en algunas ocasiones y está riquísima. 



Los ingredientes para una persona son:

·         Nuez sin cáscara 4 unidades
·         Huevo de gallina pequeño 55 gramos
·         Lechuga, ración individual pequeña 40 gramos
·         Atún al natural  lata pequeña 56 gramos
·         Granada unidad 275 gramos
·         Aceite de oliva virgen extra cucharada de café 3 gramos
·         Vinagre cucharada de postre 5 gramos
·         Sal común pellizco 0,5 gramos

Puedes ver la información nutricional de la receta en la siguiente tabla:

Información nutricional
Energía (kcal)
311
Proteína (g)
21,3
Hidratos de C (g)
25,7
Grasa total (g)
12,7
Fibra dietética (g)
4,2

Como puedes ver la receta aporta tan sólo 311 Kcal. Vamos a tomar de ejemplo una dieta de adelgazamiento de 1500 Kcal al día, según los especialistas, la distribución energética a lo largo del día debe ser de un 30% la comida, y la cena otro 30%. Haciendo cálculos, el 30% de esas 1500 Kcal son 450 Kcal, esto quiere decir que la comida debería aportar 450 Kcal, y la cena otras 450 Kcal. Por lo que esta receta de tan sólo 311 Kcal se ajusta bastante bien a la ingesta recomendada y todavía te permitiría comer algo más como por ejemplo un yogur hasta llegar a esas 450 Kcal.

Calorías granada


En el caso de una dieta más restrictiva de 1200 Kcal, si hacemos los cálculos, el 30% de esas 1200 Kcal sería de 360 Kcal. Por lo que la comida debería aportar 360 Kcal y la cena otras 360 Kcal, así que la receta de la ensalada de granada de tan sólo 311 Kcal seguiría siendo válida para cumplir con lo recomendado.

Calorías ensalada granada


Esta receta puede perfectamente servirte como comida o cena, sin demasiadas complicaciones, ya que es fácil y rápida de preparar, esta muy buena y es baja en calorías, tan sólo 311,  por lo que te permitirá adelgazar.

Puedes ver la entrada en el siguiente vídeo.



O escucharla aquí en mi canal de ivoox.

¿Conoces alguna otra receta con granada que quieras compartir?

Por una vida de equilibrio.


miércoles, 4 de diciembre de 2013

¿Pueden los alimentos light ayudarte a adelgazar?

Light

¿Los alimentos light pueden ayudarte a adelgazar?

En principio sí, aunque con un pero, antes de explicar el pero, conviene que tengas claro a qué se le llama alimento light. ¿Qué crees que es un alimento light? Piénsalo un momento. ¿Crees quizá que es un alimento que no engorda porque contiene menos calorías que su versión no light? ¿O es un alimento que tiene menos calorías que su versión no light y puede ayudarte a adelgazar? ¿O tal vez es un alimento que adelgaza porque tiene muchísimas menos calorías que su versión no light?

La segunda opción es la que más se aproxima a lo que es un alimento light, pero vamos a definir un poco mejor qué es un alimento light.

Se denomina alimento light a aquel producto cuyo valor energético supone una reducción de al menos un 30% con respecto a su homólogo normal, es decir respecto a la versión de alimento no light. Normalmente esta reducción se consigue disminuyendo la cantidad de grasas o azúcares, en ese sentido, puesto que tiene menos calorías sí puede ayudarte a la hora de perder peso.

Vamos ahora con el pero que mencioné antes y para ello vamos a tomar de ejemplo un alimento de consumo habitual como es la leche.

Un vaso de leche entera de 100 mililitros tiene 64 calorías, un vaso de leche desnatada de 100 mililitros tiene 35 calorías. La diferencia de calorías entre ambos es de 29 y el porcentaje de reducción calórica es de 45,3%, casi la mitad de diferencia entre la leche desnatada y la entera. Luego en principio se adelgazaría, ya que se ingieren menos calorías en la misma cantidad.

El problema es que hay cierto desconocimiento en torno a los productos light y muchas personas creen que por el hecho de ser light pueden tomar grandes cantidades porque no engordan. Y en lugar de consumir uno, consumen dos, o tres, o cuatro…. Y entonces llega la frustración, ¿cómo puede ser que no adelgace e incluso que engorde si consumo alimentos light?

Los productos light tienen menos calorías que su versión no ligera, por lo que si los tomas en la misma cantidad en la que consumirías el producto no light puede ayudarte a adelgazar, ya que la ingesta total de calorías será menor, pero eso no significa que puedas ingerir grandes cantidades.

Hay que tener en cuenta también que hay alimentos que son light pero a pesar de ello siguen siendo calóricos ya que parte de sus ingredientes son grasas que son necesarias para su elaboración, como puede ser el caso de la mantequilla light, las patatitas fritas light, la mayonesa light, el paté light, así que si quieres adelgazar debes consumirlos con moderación porque a pesar de ser light siguen teniendo muchas calorías. Si quieres adelgazar e igualmente vas a consumirlos siempre es mejor que lo hagas en su versión light ya que aunque siguen siendo calóricos contienen menos calorías que la versión no light.

Por ejemplo, la mayonesa normal tiene unas 726 calorías por 100 gramos, su versión light tiene 348 calorías, entre ambas hay una diferencia de calorías de 378. Otro ejemplo es el de la mantequilla, su versión normal aporta 754 calorías por 100 gramos, mientras que su versión light 385 calorías, la diferencia de calorías entre ambas es de 369 calorías. Como puedes ver aunque la versión light sigue siendo calórica, la reducción es significativa por lo que si estás intentando adelgazar conviene que consumas la versión light.

En resumen, si quieres adelgazar puedes ayudarte de productos light, pero no te excedas en las cantidades.

Puedes ver el artículo en el siguiente vídeo


                                

O escucharlo en mi canal de Ivoox 

Por una vida de equilibrio.


lunes, 25 de noviembre de 2013

Los estiramientos después del entrenamiento

Estiramientos

Todo buen entrenamiento debe terminar con unos estiramientos. Con mucha frecuencia no se hacen los estiramientos, bien por desconocimiento de la importancia que tienen, bien por pereza, por prisas o por diversas razones. Esto es una mala costumbre ya que los estiramientos evitan sobrecargas y lesiones. Cuando te entrenas tus músculos van acumulando tensión y se vuelven rígidos, el estiramiento reducirá esa tensión muscular y hará que tu cuerpo se sienta más relajado a la vez que devolverá la flexibilidad a tus músculos. Un cuerpo relajado trae como consecuencia una mente más relajada, cuerpo y mente relajados, te producirán una sensación de bienestar equilibrando tu mente y tu cuerpo. El estiramiento te proporciona una mayor coordinación corporal. Al poner atención a las diferentes partes que vas estirando, te permite un mayor conocimiento y conciencia de tu cuerpo. El estiramiento además facilita la circulación, el proceso de recuperación tras el ejercicio y acelera la asimilación del trabajo realizado.

El estiramiento tiene que realizarse con cuidado, de manera relajada y sostenida durante al menos 30 segundos  con la atención en los músculos que estás estirando. Los músculos están protegidos por el llamado reflejo de estiramiento. Si fuerzas el estiramiento se genera un reflejo nervioso que envía una señal de contracción a tus músculos, impidiéndoles que se estiren más allá de sus límites evitando de este modo que te lesiones. Es por eso que cuando estiras demasiado tus músculos  en lugar de estirarse, se produce el efecto contrario y se tensan. El sobreestiramiento puede incluso llegar a producir desgarros microscópicos de las fibras musculares, esto producirá pequeñas cicatrices que conducirán a una pérdida de elasticidad.

Lo ideal es que te estires hasta el lugar en el que sientas una tensión moderada, una vez ahí respira profundamente y relájate mientras sientes el estiramiento. La sensación de tensión irá disminuyendo a medida que mantienes la posición, si no ocurre de este modo, puedes soltar un poco y reajustar el estiramiento hasta que notes que estás estirando pero de una manera cómoda.

No hagas rebotes ni contengas la respiración mientras te estiras. Puedes aprovechar las espiraciones para llevar un poco más lejos el estiramiento con cuidado y siempre que percibas que puedes hacerlo sin llegar al dolor. Si sientes demasiada tensión, no fuerces ni sobrepases tus límites, ajusta el estiramiento a tu estructura corporal y a tu flexibilidad.

Aprende a tomar consciencia de tu cuerpo y a prestar atención a lo que ocurre en él mientras estás estirando, el estiramiento no debe ser una tortura, sino que debes disfrutar de él, permitiéndote crear libertad y espacio en cada estiramiento.  

En el vídeo puedes ver una sesión de estiramiento que puede servirte de ejemplo y puedes seguir si no tienes claro cómo hacerlo.



Como ves, los beneficios del estiramiento son múltiples, así que ya sabes: A estirar!

Por una vida de equilibrio.


miércoles, 16 de octubre de 2013

El calentamiento antes del entrenamiento

Calentamiento

A partir de ahora voy a ir poniendo en el blog diferentes rutinas de entrenamiento adaptadas a todo tipo de niveles y gustos para que puedas entrenar y ponerte en forma cómodamente desde tu casa o desde el lugar que tú quieras. Y como todo buen entrenamiento comienza por un calentamiento hoy voy a empezar hablándote y poniéndote un calentamiento general para que si no sabes bien cómo calentar puedas tomarlo a modo de ejemplo antes de cualquier entrenamiento.

El calentamiento es una parte fundamental del entrenamiento porque prepara el cuerpo para realizar un ejercicio físico posterior más intenso pudiendo lograr de este modo un mayor rendimiento y evitar lesiones.

En el calentamiento se han de activar las articulaciones mediante movimientos articulares. Los movimientos deben ser suaves y progresivos. Es conveniente empezar por un extremo del cuerpo e ir movilizando articulación por articulación con rotaciones y movimientos en todos los ejes de las articulaciones hasta llegar al otro extremo.

El calentamiento también debe incluir una parte aeróbica para ir activando y preparando el sistema cardiorrespiratorio para el esfuerzo que va a realizar, pero de intensidad moderada ya que es la preparación al posterior entrenamiento, progresivamente, a medida que vas calentando, puedes ir aumentando la intensidad.

Finalmente se termina con unos estiramientos suaves y cortos preferentemente dinámicos, dejando los estiramientos más largos y prolongados en el tiempo para después del entrenamiento.


En el vídeo puedes ver un calentamiento que puede servirte de ejemplo.


lunes, 26 de agosto de 2013

Aprende a comer conscientemente y pierde peso

Comer conscientemente
                   Imagen cortesía de Ambro/Freedigitalphotos.net

Seguro que en más de una ocasión te has puesto a comer y cuando te has dado cuenta te has pasado comiendo, esto es frecuente debido a que en muchas ocasiones comemos de manera inconsciente sin prestar atención. Si quieres adelgazar te puede ser de gran ayuda el que comas conscientemente.

Hay estudios que apuntan a que las personas que comen conscientemente disfrutan más de la comida, se sacian antes e ingieren menos cantidad por lo que adelgazan.

Según un estudio de Gayle Timmerman de la Universidad de Texas, mujeres que utilizaron técnicas de alimentación consciente ingirieron unas 300 calorías menos por día que las que no lo hicieron y perdieron como media unos 2 kilos en seis semanas.

En una entrada anterior te hablé de algunas pautas que puedes seguir para ayudarte a adelgazar y el comer conscientemente era una de ellas.  Si no lo has leído puedes hacerlo aquí. En esa entrada me limité a nombrar la alimentación consciente sin extenderme. Así que en esta ocasión voy a explicarte en qué consiste comer conscientemente para que puedas ponerlo en práctica.

La alimentación consciente comienza en la compra, elige de manera consciente qué vas a comprar, intenta seleccionar alimentos saludables como frutas, hortalizas, cereales integrales, legumbres, frutos secos...  Lee siempre las etiquetas de los alimentos para saber lo que contienen. Mira su porcentaje de grasas, azúcar, sal, en las etiquetas puedes encontrarlo como sodio. Éstos suelen ser los datos en los que más hay que fijarse en las etiquetas de información nutricional, porque son los nutrientes que más contribuyen a algunos de los problemas de salud más habituales.

La alimentación consciente continúa en la manera de cocinar y de preparar la comida, presta atención a cómo cocinas y a los ingredientes que añades, a las cantidades. Pregúntate si la manera de cocinarlos y los ingredientes que usas son saludables y si no es así, pregúntate si quieres seguir consumiéndolos y si no es el caso, busca alternativas más sanas.

Intenta realizar al menos una comida al día con atención plena, en silencio. Cuando comas, sólo come, presta atención plena al acto de comer, no hagas simultáneamente nada que pueda distraerte como ver la televisión, leer…, ya que cuando se come con distracciones se tiende a comer más de manera mecánica y por lo tanto a ingerir más comida de la que realmente necesitas.

Antes de empezar a comer, relájate respirando profundamente, inspira y espira unas cuantas veces de manera lenta y profunda, para entrar en un estado de tranquilidad y evitar de este modo comer impulsivamente.

Antes de empezar a comer, una vez que hayas hecho unas cuantas respiraciones profundas, pregúntate si realmente tienes hambre y si te apetece comer o es para calmar algún tipo de emoción, si es porque te aburres, porque sientes ansiedad…

Antes de introducir el alimento en la boca, implica todos tus sentidos,  tómate tu tiempo para observar la apariencia de la comida, fíjate en su color, su forma, su textura, su olor.

Come con moderación, de manera relajada y sin prisas. Dedica al menos 20 minutos a comer, para ello puedes masticar lentamente y dejar los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado, y no los cojas de nuevo hasta que no hayas masticado lo suficiente el alimento y tragado. El comer más despacio hará que le dé tiempo a tu cerebro a recibir la señal de saciedad y por lo tanto te será más fácil percibir que ya has comido lo suficiente y parar.

En un estudio de la Universidad de Rhode Island se ofrecieron platos de pasta gratis a dos grupos de chicas. Podían comer toda la pasta que quisieran, pero a las de un grupo se les pidió que comieran rápido y a las del otro grupo que intentarán masticar al menos veinte veces antes de tragar. Las que comieron despacio ingirieron un 10% menos de calorías y una hora después de haber comido las que habían comido despacio se sentían más saciadas.

Otro dato referente a un informe del 2009 de la Organización para la Cooperación y Desarrollo económico, dice que por lo general en los países en los que se come más rápido hay una mayor tasa de obesidad.

Sé consciente de tu cuerpo mientras comes. Date tiempo para saborear la comida, disfruta e imprégnate de las sensaciones que la comida te produce. Observa cómo te sientes y qué piensas mientras comes. Advierte si eres capaz de sentir cuando te has saciado, y si en el caso de haber alcanzado la saciedad, si sigues comiendo o te detienes. Comprueba si te sientes diferente cuando comes deprisa o despacio o en determinadas ocasiones.

Observa cómo se siente tu cuerpo unas horas después de haber comido, pregúntate si te sientes con energía, vitalidad o por el contrario sientes cansancio, somnolencia,… Intenta ver si puedes relacionar cómo te sientes con algún alimento concreto que has ingerido. Quizá te des cuenta que algún alimento en particular no te sienta bien y decidas conscientemente sustituirlo por otras opciones que te vayan mejor.

Presta atención a lo que en determinados momentos te apetece comer, a lo que te pide el cuerpo. Pregúntate antes de comerlo si es eso lo que realmente quieres o sólo es un modo de llenar otro deseo, plantéate si comerlo realmente te satisfará o es sólo un parche temporal. Si decides comerlo, toma nota de si eres capaz de comer sólo un poco o al empezar te resulta difícil parar.

Intenta tener un horario de comidas regular, para ayudar al cuerpo a tener un ritmo constante y que funcione de manera adecuada.

Puedes planificar con antelación tus comidas saludables, para no dejarte llevar por el impulso de la improvisación y caer en la alimentación inconsciente.

No te saltes comidas, si te saltas comidas te resultará más difícil llevar a cabo una alimentación consciente ya que llegarás con mucha hambre a la siguiente comida y comerás con voracidad, te resultará más difícil controlar conscientemente lo que comes.

Puedes anotar todo lo que sientes, experimentas y piensas antes de empezar a comer, mientras comes y unas horas después de haber comido. Apunta todo lo que creas que puede ser relevante o que creas pueda ayudarte. Toda esta información puede servirte para complementar el diario de alimentación del que ya te hablé aquí.

Como has visto, la alimentación consciente puede ayudarte además de a comer más lentamente y por lo tanto a no pasarte comiendo, a darte cuenta de tus comportamientos automáticos con respecto a la comida, a tus sentimientos, pensamientos y a conocer qué te conduce a comer y por lo tanto a poder elegir de manera consciente opciones más saludables que sean mejor para ti.

¿Y tú, has probado la alimentación consciente? Si es así, puedes compartir -si te apetece- dejando un comentario si te ha servido y tus sensaciones. Y si todavía no lo has hecho: Pruébalo, a qué esperas!!

Si lo prefieres, puedes ver la entrada en el vídeo de abajo, o escucharla y descargarla aquí  en mi canal de Ivoox




martes, 20 de agosto de 2013

Bebida refrescante y baja en calorías de sandía y té verde

Bebida-sandia-te


Me encanta la sandía y me encanta el té. En los días calurosos de verano suelo prepararme esta bebida de sandía y té verde. La sandía resulta una fruta muy indicada para estos días ya que quita la sed y refresca. Además, con las altas temperaturas para evitar deshidratarnos es importante ingerir abundante agua, por lo que la sandía resulta perfecta, ya que en más del 90% está compuesta por agua. La sandía no sólo nos aporta agua, sino también minerales, lo cual la convierte aún más en una aliada para combatir la deshidratación, ya que debido a las altas temperaturas, tendemos a sudar más, y además de agua, se pierden minerales, por lo que la sandía nos ayudará  a reponer los minerales perdidos.

La sandía tiene licopeno, pigmento que es lo que le da ese color rojizo. Este pigmento es un potente antioxidante, que junto con la vitamina C y E que también contiene - aunque estas últimas en dosis mucho más discretas - ,  ejercen una acción protectora sobre el sistema inmune.

El té verde contiene una elevada cantidad de catequinas. Las catequinas tienen un gran poder antioxidante, ejercen un efecto protector frente al cáncer y frente a enfermedades cardiovasculares ayudando a reducir el LDL o el llamado colesterol malo. Además el té estimula la termogénesis por lo que puede ayudarte si estás intentando bajar de peso. 

Esta  bebida de sandía y té resulta muy baja en calorías, ya que la sandía tiene unas 30 calorías por 100 gramos y el té tiene 2 calorías por 100 gramos.

Para prepararla pon a calentar un litro de agua y antes de que empiece a hervir apágala. Añade cuatro cucharaditas de té verde y déjalo reposar entre tres y cinco minutos. Deja enfriar y mételo en la nevera para que el té esté aún más frío. Cuando el té esté bien frío añádelo a la batidora junto con 800 gramos de sandía que habrás tenido en la nevera para que también esté bien fría. Añade  zumo de limón o lima al gusto, esto hace que la  bebida sea mucho más refrescante. Sírvelo en un vaso con abundante hielo.

Si no has probado esta bebida, ¡A qué esperas!, la mezcla de sandía y té además de aportar muchas propiedades beneficiosas para tu salud, refresca, está muy buena y es muy baja en calorías.

            Si lo prefieres, puedes ver la entrada en el vídeo de abajo.




Por una vida de equilibrio!!


miércoles, 20 de febrero de 2013

Beneficios del ejercicio físico


Beneficios-ejercicio-fisico
                Imagen cortesía de photostock/Freedigitalphotos.net

Probablemente habrás escuchado en muchas ocasiones que el ejercicio físico es bueno, pero bueno para qué, ¿Qué beneficios te aporta la práctica regular de ejercicio físico?

El ejercicio físico realizado de manera habitual puede ayudarte a adelgazar, ya que al practicarlo consumes energía haciendo que aumente tu gasto metabólico total a lo largo del día. Además, hacer ejercicio físico hace que quemes más calorías no sólo durante el periodo que dura el ejercicio, sino una vez terminado, es decir, durante todo el día. Las personas activas queman más calorías que las sedentarias tanto cuando hacen ejercicio como cuando están en reposo. Se piensa que esto puede ser debido a que cuando se hace ejercicio de manera regular aumenta el número de mitocondrias de las células musculares. Las mitocondrias son unos orgánulos celulares que actúan como centrales energéticas, suministran energía para la actividad celular y esto lo hacen oxidando metabolitos, entre ellos los ácidos grasos, es decir, queman grasa. Por lo que si haces ejercicio tendrás un mayor número de mitocondrias y quemarás más grasa.

El ejercicio físico, no sólo ayuda a perder peso, sino que además, y algo muy importante, ayuda a mantener el peso perdido. En la mayoría de las personas que adelgazan realizando sólo dieta, sin practicar ejercicio físico, se observa que al principio pierden peso, pero en un porcentaje elevado, vuelven a recuperarlo, en cambio, las personas que practican ejercicio físico mantienen con mayor facilidad el peso que han perdido.

Incluso aunque tengas una predisposición genética a ganar peso, tu peso siempre será menor si haces ejercicio, ya que el ejercicio físico protege contra la obesidad. Estudios en gemelos idénticos, en el que un miembro de la pareja realiza ejercicio y el otro no,  muestran que aquel que hace ejercicio pesa de 4 a 6 kilos menos y tiene entre 0,5 y 0,6 kilos menos de grasa abdominal.

Disminuye el riesgo cardiovascular,  es decir, disminuye el riesgo de sufrir un infarto o un ictus - accidente de circulación cerebral - . Esto se debe  a que practicar ejercicio reduce el colesterol LDL, lo que llaman colesterol malo y aumenta el HDL, el llamado colesterol bueno. Reduce el nivel de triglicéridos en la sangre - un tipo de grasas cuyo exceso puede ser perjudicial - . Reduce la tensión arterial. Todos estos factores hacen que disminuya el riesgo de sufrir un infarto de miocardio o un ictus.

Protege frente al cáncer. La actividad física reduce entre un 30 y un 40% el riesgo de padecer cáncer de colon. El cáncer de mama se reduce entre un 20 % hasta un 80%. El riesgo de cáncer de endometrio se reduce entre un 20-40%. El de pulmón se reduce en un 20%. Respecto al cáncer de próstata parece ofrecer también cierta protección aunque no hay estudios concluyentes. No se sabe con exactitud el mecanismo por el cual el ejercicio físico reduce el riesgo de cáncer, podría ser que la actividad física actúe sobre el sistema inmune que es el sistema de defensa inhibiendo el crecimiento de células tumorales o detectándolas en fases tempranas y destruyéndolas. Es bien sabido que el ejercicio físico aumenta nuestras defensas, pero ojo, existe un rango adecuado, intermedio, es decir es saludable el ejercicio físico moderado, pero si te excedes haciendo ejercicio el sistema inmune se deprime y somos más vulnerables a enfermar ya que nuestras defensas disminuyen. Otro mecanismo por el que el ejercicio físico protege contra el cáncer pudiera ser que tiene un efecto antiinflamatorio sobre el organismo que podría prevenir algunos tumores. O que el efecto preventivo se deba a que mejora la actividad de la insulina. Probablemente sea el conjunto de varios factores a la vez lo que protege.

Fortalece los huesos. Con la edad los huesos pierden calcio y se vuelven más frágiles. Por eso en personas mayores aumenta el riesgo de fracturas. El ejercicio físico preserva el calcio de los huesos. La razón es que los huesos se adaptan a la masa muscular que está sobre ellos. Si hay una masa muscular desarrollada,  ésta ejercerá una mayor sobrecarga mecánica sobre el hueso, por lo que los huesos conservarán el calcio para poder mantenerse fuertes y así poder soportar esa sobrecarga.

 Mejora la capacidad respiratoria y la fuerza muscular.

            Bienestar psicológico. Hacer ejercicio físico aporta bienestar psicológico. Las personas físicamente activas son menos vulnerables al estrés, la ansiedad y la depresión que las personas sedentarias. Ante una misma situación de tensión las personas sedentarias suelen estresarse con más facilidad e intensidad que las activas. No se sabe la causa exacta, se piensa que puede ser debido a varios mecanismos. Uno de ellos es que la actividad física estimula la secreción de endorfinas, neurotransmisores euforizantes que producen satisfacción y bienestar La actividad física también modula la actividad de la serotonina y la dopamina, dos neurotransmisores que regulan los estados de ánimo positivos.

Mejora el rendimiento intelectual, se ha visto que niños físicamente activos obtienen mejores resultados de media que los sedentarios en percepción, memoria, inteligencia, habilidad verbal y matemática. También en ancianos se ha visto que algunas capacidades cognitivas como la memoria y la orientación espacial mejoran con la actividad física. Al contrario de lo que se pensaba hasta hace relativamente poco, hoy sabemos que hay generación de nuevas neuronas al menos en determinadas regiones cerebrales como por ejemplo en el hipocampo, zona relacionada con la memoria y el aprendizaje. La actividad física induce la formación de nuevas neuronas en el hipocampo y la formación de nuevas conexiones, eso explicaría los efectos beneficiosos de la actividad física sobre la memoria tanto en personas sanas como en enfermos de alzhéimer.  

            Antienvejecimiento celular. El ejercicio físico retrasa el envejecimiento. Una de las teorías sobre el envejecimiento dice que envejecemos porque nuestros telómeros se van acortando. Los telómeros serían como el reloj biológico de las células, son fragmentos de DNA que se encuentran en los extremos de los cromosomas y los protegen. Una buena metáfora que se suele usar para visualizarlo es pensar en los cordones de un zapato y sus fundas, los telómeros serían las fundas que protegen el cordón, con el uso se van desgastando y el cordón se deshilacha. Con las divisiones celulares los telómeros se van acortando,  las células pierden la capacidad de dividirse y mueren. Se ha visto que las personas que realizan ejercicio físico tienen los telómeros más largos que personas de la misma edad que son sedentarias, es decir, sus células son más jóvenes.

        Autoconocimiento, la práctica de ejercicio físico te permite explorar tus límites, tomar consciencia de lo que eres capaz y de lo que puedes conseguir, te descubre quién eres. Citando a  Heywood Hale “El deporte no construye el carácter, lo revela”  


         ¿No te parecen razones suficientes para empezar a practicar ejercicio físico y cuidarte? El tipo de ejercicio físico que elijas es lo de menos, lo importante es que te muevas y escojas  uno que te guste para que no lo abandones.

          Vamos, a qué estás esperando, empieza a moverte!!!


          

viernes, 1 de febrero de 2013

Para adelgazar lleva un diario de actividad física


En esta entrada voy a contarte cómo elaborar un diario de actividad física. Es una continuación del diario de alimentación del que te hablé aquí y viene a complementarlo.

Así como tenemos tendencia a comer más de lo que realmente pensamos, solemos creer que hacemos más actividad física de la que en realidad hacemos. Por eso, al igual que es conveniente llevar un diario de alimentación para tener consciencia de nuestra manera de alimentarnos, así como de las razones que nos inducen a ello, también lo es llevar un diario de actividad física para saber si nos movemos lo suficiente y para comprender las razones.

¿Cómo debe ser el diario de actividad física?

        Lleva un registro de tu diario de actividad física para cada día. 

Apunta la hora en la que realizas el ejercicio. Puedes escribir también si has elegido una hora en particular para hacerlo, y las razones por las que es para ti la mejor hora.

Anota el tipo de actividad física realizada y la duración del ejercicio.

Indica cómo te sentías y que pensabas justo antes de hacer el ejercicio, durante y al finalizarlo. Si algún ejercicio te ha cansado excesivamente, si te has esforzado lo suficiente o si podrías haberlo hecho con más intensidad. Si has encontrado algún ejercicio agradable, cuál te ha gustado más y cuál menos. Debes realizar un ejercicio que te guste, el ejercicio no tiene que verse como un castigo u obligación, debe relajarte y hacerte sentir bien, es la única manera de que sigas practicándolo siempre. Si un día no haces ejercicio señala las razones, apunta si hay algún detonante o pensamiento que te motive para hacerlo, o por el contrario, que te sirva de excusa para saltártelo ese día.

Si rellenas el diario de alimentación y de actividad física de manera habitual, observarás cambios significativos, ya que aprenderás a comprender las razones que te conducen a tener sobrepeso y estarás en situación de realizar las acciones adecuadas para corregirlas y para dirigirte hacia el camino de tu pérdida de peso.

¿Añadirías alguna otra cosa más en el diario de actividad física?

Si quieres escuchar la entrada puedes hacerlo en mi canal de youtube o en mi canal de ivoox