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lunes, 25 de noviembre de 2013

Los estiramientos después del entrenamiento

Estiramientos

Todo buen entrenamiento debe terminar con unos estiramientos. Con mucha frecuencia no se hacen los estiramientos, bien por desconocimiento de la importancia que tienen, bien por pereza, por prisas o por diversas razones. Esto es una mala costumbre ya que los estiramientos evitan sobrecargas y lesiones. Cuando te entrenas tus músculos van acumulando tensión y se vuelven rígidos, el estiramiento reducirá esa tensión muscular y hará que tu cuerpo se sienta más relajado a la vez que devolverá la flexibilidad a tus músculos. Un cuerpo relajado trae como consecuencia una mente más relajada, cuerpo y mente relajados, te producirán una sensación de bienestar equilibrando tu mente y tu cuerpo. El estiramiento te proporciona una mayor coordinación corporal. Al poner atención a las diferentes partes que vas estirando, te permite un mayor conocimiento y conciencia de tu cuerpo. El estiramiento además facilita la circulación, el proceso de recuperación tras el ejercicio y acelera la asimilación del trabajo realizado.

El estiramiento tiene que realizarse con cuidado, de manera relajada y sostenida durante al menos 30 segundos  con la atención en los músculos que estás estirando. Los músculos están protegidos por el llamado reflejo de estiramiento. Si fuerzas el estiramiento se genera un reflejo nervioso que envía una señal de contracción a tus músculos, impidiéndoles que se estiren más allá de sus límites evitando de este modo que te lesiones. Es por eso que cuando estiras demasiado tus músculos  en lugar de estirarse, se produce el efecto contrario y se tensan. El sobreestiramiento puede incluso llegar a producir desgarros microscópicos de las fibras musculares, esto producirá pequeñas cicatrices que conducirán a una pérdida de elasticidad.

Lo ideal es que te estires hasta el lugar en el que sientas una tensión moderada, una vez ahí respira profundamente y relájate mientras sientes el estiramiento. La sensación de tensión irá disminuyendo a medida que mantienes la posición, si no ocurre de este modo, puedes soltar un poco y reajustar el estiramiento hasta que notes que estás estirando pero de una manera cómoda.

No hagas rebotes ni contengas la respiración mientras te estiras. Puedes aprovechar las espiraciones para llevar un poco más lejos el estiramiento con cuidado y siempre que percibas que puedes hacerlo sin llegar al dolor. Si sientes demasiada tensión, no fuerces ni sobrepases tus límites, ajusta el estiramiento a tu estructura corporal y a tu flexibilidad.

Aprende a tomar consciencia de tu cuerpo y a prestar atención a lo que ocurre en él mientras estás estirando, el estiramiento no debe ser una tortura, sino que debes disfrutar de él, permitiéndote crear libertad y espacio en cada estiramiento.  

En el vídeo puedes ver una sesión de estiramiento que puede servirte de ejemplo y puedes seguir si no tienes claro cómo hacerlo.



Como ves, los beneficios del estiramiento son múltiples, así que ya sabes: A estirar!

Por una vida de equilibrio.


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