¿Has
intentado adelgazar en anteriores ocasiones sin conseguirlo? ¿O quizá, sí has
conseguido adelgazar con alguna dieta,
pero has vuelto a recuperar tu peso e incluso has engordado más que antes de
empezar la dieta?¿Por qué hay tantas personas que quieren adelgazar y no lo
consiguen o lo logran sólo durante un periodo limitado y al cabo de un tiempo
vuelven a recuperar al peso perdido? ¿Qué es lo que falla? Por qué fracasan muchas dietas de adelgazamiento.
Muchas
dietas de adelgazamiento fracasan porque no abordan el sobrepeso como un
problema multifactorial, se centran sólo en la dieta y no tienen en cuenta el
resto de los factores que hacen que se engorde. Si bien es cierto que llevar
una dieta equilibrada y realizar actividad física, es necesario, no es
suficiente. En un programa de adelgazamiento es tan importante lo que comemos y
el ejercicio físico que realizamos, como lo que sentimos, es vital entender por
qué comemos en exceso y aprender a gestionar nuestras emociones.
¿Cómo debe ser un buen programa de
adelgazamiento?
Debe
constar de una dieta equilibrada que
aporte todos los nutrientes necesarios y que además incluya alimentos que
proporcionen tanto bienestar físico como mental, que ayuden a subir el ánimo.
Muchas dietas son desequilibradas porque suprimen algún tipo de nutriente
esencial para el buen funcionamiento del organismo. Este tipo de dietas
desequilibradas generan ansiedad, irritabilidad y cansancio, por lo que se
abandonan al no ser sostenibles en el tiempo, además de ser perjudiciales para
la salud.
Debe
ser una dieta personalizada,
adaptada a las necesidades de la persona, a sus gustos, estilo de vida. La
dieta debe adaptarse a la persona y no la persona a la dieta.
Debe
ser una dieta sin alimentos prohibidos.
Muchas dietas son excesivamente restrictivas provocando que la comida se
convierta en una obsesión con la posterior actitud compulsiva de comer.
Debe
ser una dieta que enseñe a comer de
manera correcta. Muchas dietas de adelgazamiento fracasan porque no enseñan a
comer de manera adecuada y una vez abandonada la dieta la persona regresa a sus
viejos hábitos.
Además
el programa de adelgazamiento debe tener un
plan de ejercicios que se adapte a la condición física de la persona, a su
estado de salud, necesidades y gustos.
Por
último, no deben descuidarse los aspectos
psicológicos, emocionales. El programa de adelgazamiento debe proporcionar
técnicas y herramientas que enseñen a identificar los factores que favorecen el
consumo excesivo de alimentos y cambiarlos, que tenga en cuenta no sólo lo que
se come, sino también por qué se come, que enseñe a gestionar las emociones.
Así que
ya sabes, si quieres adelgazar combina estos tres factores: alimentación equilibrada, ejercicio físico
moderado y una buena gestión de las emociones.
Mens sana in corpore sano
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